Días después de la victoria electoral de Donald Trump, el empresario de salud Calley Means recurrió a las redes sociales en busca de consejos.
“Primeros 100 días”, escribió Means, ex consultor de la industria farmacéutica que utiliza la plataforma social X para enfocar la atención en las enfermedades crónicas. “¿Qué se debería hacer para reformar la FDA (Administración de Drogas y Alimentos)?”.
La pregunta no era meramente retórica. Means forma parte de un grupo de líderes del sector salud y médicos no convencionales que están influyendo en el enfoque de Donald Trump sobre políticas de salud.
El regreso de Trump a la Casa Blanca ha otorgado a Means, y a otros en esta área, una influencia significativa para moldear las políticas de salud incipientes de la nueva administración y sus agencias federales. También ha dado un nuevo impulso a “Hacer América saludable de nuevo” (Make America Healthy Again o MAHA), un movimiento controversial que desafía las ideas predominantes sobre la salud pública y las enfermedades crónicas.
Sus seguidores expresan sus ideales con frases como “libertad sanitaria” y “salud verdadera”. Sus causas declaradas son tan diversas como reformar ciertos subsidios agrícolas, despedir empleados de los Institutos Nacionales de Salud (NIH), replantear el calendario de vacunación infantil y prohibir la publicidad televisiva de alimentos ultraprocesados dirigida a niños.
Los líderes de salud pública advierten que el interés de la emergente administración Trump por elevar conceptos a veces poco ortodoxos podría ser catastrófico, erosionando décadas de progreso científico y provocando un aumento de las enfermedades prevenibles. Les preocupa que el apoyo de la administración debilite la confianza en las agencias de salud pública.
Georges Benjamin, director ejecutivo de la Asociación Americana de Salud Pública, dijo que da la bienvenida a debates científicos amplios, pero le preocupa que Trump repita como hechos ideas de salud pública no comprobadas.
“La experiencia ha mostrado que personas con ideas no probadas tendrán su atención y su ‘gran plataforma de poder’”, dijo. “Porque es el presidente, la gente creerá que no dice cosas que no sean ciertas. Pero este presidente, lo hará”.
Sin embargo, los partidarios de MAHA tienen una perspectiva muy diferente. Alegan que han sido difamados como peligrosos por cuestionar el statu quo. La elección les ha dado una enorme oportunidad para moldear las políticas, y aseguran que no socavarán la salud pública. En cambio, dicen que restaurarán la confianza en las agencias federales de salud que perdieron apoyo público durante la pandemia.
“Puede ser una estrategia brillante de la derecha”, dijo Peter McCullough, cardiólogo criticado por decir que las vacunas contra covid-19 no son seguras, describiendo algunos de los mensajes de la campaña electoral que normalizaron sus perspectivas. “La derecha decía que nos importan los problemas médicos y ambientales. La izquierda perseguía derechos sobre el aborto y una campaña negativa contra Trump. Pero a todos debería importarles la salud. La salud debería ser apolítica”.
El movimiento es mayormente anti-regulación y anti-gobierno grande, ya sea respecto a la leche cruda o a la aprobación de medicamentos, aunque implementar cambios requeriría más regulación. Muchos de sus conceptos también cruzan hacia ideas defendidas por algunos de la extrema izquierda.
Robert F. Kennedy Jr., el activista anti-vacunas nominado por Trump para dirigir el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS), ha pedido el despido de cientos de empleados de los NIH, eliminar el flúor del agua, aumentar el apoyo federal a la terapia psicodélica y flexibilizar las restricciones sobre la leche cruda, cuyo consumo puede exponer a enfermedades transmitidas por alimentos.
La venta de leche sin pasteurizer ha provocado redadas federales en granjas por no cumplir con las regulaciones de seguridad alimentaria.
Means ha abogado por cambios drásticos en el Departamento de Agricultura, que, según dice, ha sido dominado por la industria alimentaria.
Aunque no tiene formación en ciencias ni medicina, ha afirmado que las personas casi no tienen probabilidades de morir de covid-19 si están “metabólicamente saludables”, refiriéndose a hábitos de alimentación, sueño, ejercicio y manejo del estrés. También ha dicho que alrededor del 85% de las muertes y costos de salud en el país están relacionados con condiciones metabólicas prevenibles causadas por alimentos.
Co-fundador de Truemed, una empresa que ayuda a los consumidores a utilizar ahorros y programas de reembolso en suplementos, ayudas para dormir y equipos de ejercicio, Means dice haber tenido conversaciones a puerta cerrada con decenas de miembros del Congreso. También afirmó haber ayudado a reunir a RFK Jr. y Trump. RFK Jr. apoyó a Trump en agosto tras finalizar su campaña presidencial independiente.
“Tuve esta visión durante un año, en realidad. Suena muy místico, pero estaba en una carpa de sudor con él en Austin en un evento de campaña seis meses antes, y simplemente tuve esta fuerte visión de él junto a Trump”, dijo Means recientemente en el podcast The Joe Rogan Experience.
El que alguna vez dijo que nunca sería “trumpista” dijo que, después del primer intento de asesinato contra Trump, sintió que fue un momento poderoso. Means llamó a RFK Jr. y trabajó con el comentarista político conservador Tucker Carlson para conectarlo con el ex presidente. Según Means, Trump y RFK Jr. tuvieron semanas de conversaciones sobre temas como la obesidad infantil y las causas de la infertilidad.
“Realmente sentí, y él sintió, que esto podría ser una realineación de la política estadounidense”, afirmó Means.
En este esfuerzo lo acompaña su hermana, Casey Means, médica formada en la Universidad de Stanford y coautora junto a su hermano del libro Good Energy, que trata sobre cómo mejorar la salud metabólica. El dúo ha culpado a las grandes farmacéuticas y a la industria agrícola por el aumento de las tasas de obesidad, depresión y enfermedades crónicas en el país. También han planteado dudas sobre las vacunas.
“Sí, apuesto a que una vacuna probablemente no está causando autismo, pero ¿qué pasa con las 20 que se están recibiendo antes de los 18 meses?”, comentó Casey Means en el episodio del podcast de Joe Rogan junto a su hermano.
El movimiento, que desafía lo que sus adherentes llaman “el culto a la ciencia”, ganó tracción significativa durante la pandemia, impulsado por una reacción contra los mandatos de vacunas y uso de máscaras que proliferaron bajo la administración Biden. Muchos de sus seguidores afirman que atrajeron a personas que creían haber sido engañadas sobre la eficacia de las vacunas contra covid-19.
En julio de 2022, Deborah Birx, coordinadora de respuesta al covid-19 en la primera administración Trump, dijo en Fox News que “exageramos con las vacunas”, aunque señaló que sí funcionan.
Anthony Fauci, quien asesoró a Trump durante la pandemia, calificó en diciembre de 2020 a las vacunas como un cambio de juego que podría reducir covid-19 de manera similar a lo que hizo la vacuna contra la poliomielitis para esa enfermedad.
Sin embargo, con el tiempo quedó claro que las vacunas no necesariamente previenen la transmisión y que la efectividad del refuerzo disminuye con el tiempo, lo que algunos conservadores dicen que llevó a una desilusión que ha impulsado el interés en el movimiento por la libertad sanitaria.
Oficiales federales de salud afirman que el lanzamiento de la vacuna contra covid fue un punto de inflexión en la pandemia y que las vacunas reducen la gravedad de la enfermedad al enseñar al sistema inmunológico a reconocer y combatir el virus que la causa.
Tras las elecciones, algunos aliados de Trump, como Elon Musk, han pedido que Fauci sea procesado. Fauci se negó a comentar.
Joe Grogan, ex director del Consejo de Política Doméstica de la Casa Blanca y asistente de Trump, dijo que los conservadores han intentado explicar por qué el control gubernamental de la atención médica es problemático.
“Han ocurrido dos cosas. El gobierno se excedió por completo y mintió sobre muchas cosas durante covid, y no mostró compasión por las necesidades de las personas fuera del covid”, comentó. “RFK Jr. apareció y articuló de manera muy simple que no se puede confiar en el control gubernamental de la atención médica, estamos gastando dinero, y no se está logrando que la gente sea más saludable. En algunos casos, puede estar enfermando a las personas”.
El movimiento MAHA capitaliza muchos de los conceptos de salud no convencionales que han sido favoritos de la izquierda, como la promoción de alimentos orgánicos y el concepto de “la comida como medicina”.
Pero en un entorno de política polarizada, la creciente prominencia de líderes que desafían lo que llaman el “culto a la ciencia” podría llevar a una mayor confusión y división pública, advierten algunos analistas de salud.
Jeffrey Singer, cirujano y miembro principal del Instituto Cato, un grupo de investigación de políticas públicas libertario, dijo en un comunicado que está de acuerdo con el enfoque de RFK Jr. en reevaluar el sistema de salud pública. Pero señaló que conlleva riesgos.
“Me preocupa que muchas de las afirmaciones de RFK Jr. sobre la seguridad de las vacunas, las toxinas ambientales y los aditivos alimentarios carezcan de evidencia, hayan alimentado temores públicos y contribuido a una disminución en las tasas de vacunación infantil”, afirmó.
La vacunación contra el sarampión entre los niños de jardín de infantes cayó al 92.7% en el año escolar 2023-24 comparada con el 95.2% en el año escolar 2019-20, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). La agencia dijo que eso ha puesto en riesgo a unos 280.000 niños preescolares.
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Qué es el movimiento para “Hacer a América saludable de nuevo” (MAHA)