Jeff Kromrey, de 69 años, se sentará con su hija la próxima vez que lo visite y le enseñará cómo acceder a sus cuentas en Internet en caso que sufra una crisis de salud inesperada.
Gayle Williams-Brett, también de 69, planea empezar un proyecto que lleva meses posponiendo: organizar toda su información financiera.
Michael Davis, de 71, va a redactar un testamento y va a pedirle a un amigo íntimo que sea su representante para asuntos de salud y albacea de su patrimonio.
Estas personas mayores se han inspirado para emprender estas y otras acciones en un curso innovador para “personas que envejecen solas”: Aging Alone Together, ofrecido por Dorot, una organización de servicios sociales de Nueva York.
La mayoría de ellos viven solos, sin cónyuge, pareja ni hijos adultos que los ayuden a desenvolverse a medida que envejecen.
Hasta hace unos años, había pocos recursos disponibles para este creciente segmento de la población de edad avanzada.
Ahora hay varios grupos de Facebook para personas que envejecen solas, y grupos presenciales que surgen en todo el país, conferencias y seminarios en internet, un centro nacional de intercambio de recursos y una creciente variedad de libros sobre el tema.
Todos estos recursos abordan la necesidad de estos adultos mayores de relacionarse con otras personas, evitar el aislamiento y prepararse para un futuro en el que podrían tener menos energía, más problemas de salud y necesitar más ayuda.
“Los mayores que no pueden depender de sus familiares deben ser muy cuidadosos a la hora de crear sistemas de apoyo y poner en marcha otros planes”, afirmó Ailene Gerhardt, activista en favor de los derechos de los pacientes, en Boston, que creó hace tres años la red Navigating Solo Network.
En una encuesta publicada el año pasado, la AARP —que amplía la definición de estadounidenses mayores a las personas de 50 años o más— analizó a quienes viven solos y no tienen hijos vivos. El 10% de los mayores de 50 años se ajusta a esta definición, según estimaciones de AARP. Otro 11% tiene al menos un hijo o hija con vida, pero está alejado de él o ella. Y el 13% tiene hijos que creen que no pueden o no quieren ayudarlos a gestionar sus finanzas y su salud.
Prepararse solos para el futuro puede ser desalentador. “Si las personas que envejecen solas sienten que no tienen con quién hablar mientras planean esos años, a menudo se saltan todo el proceso”, dijo Gerhardt, que respalda un modelo de planificación en grupo para estas personas mayores.
Ese es el formato que Dorot ha adoptado para Aging Alone Together (Envejecer Solos Juntos), disponible gratuitamente en Internet a escala nacional y en persona en Nueva York. Más de 1.000 personas mayores han participado en el programa desde su lanzamiento en 2021. Dorot colabora con socios de todo el país para ampliar su alcance.
El programa consta de seis sesiones semanales interactivas de 90 minutos de duración que se centran en las principales preocupaciones: crear comunidades de apoyo, decidir dónde vivir, completar las voluntades anticipadas, como los testamentos, y poner en orden los asuntos financieros y legales.
Uno de los objetivos es ayudar a los participantes a identificar sus prioridades y superar el miedo y las dudas que tantos mayores sienten cuando se avecina un futuro incierto, explicó Claire Nissen, que dirige el programa de Dorot. Otro es ofrecer herramientas prácticas, consejos y recursos que puedan impulsar a la gente a actuar.
Además, también se trata de fomentar un sentimiento de comunidad que promueva una actitud de “sí se puede”.
Este mensaje caló hondo en Williams-Brett, que vive con su madre de 97 años, gravemente discapacitada, en una casa de piedra rojiza de dos plantas en Brooklyn. Williams-Brett, que está divorciada y nunca ha tenido hijos, espera estar sola cuando se haga mayor. Su madre sufrió un devastador derrame cerebral hace tres años, y desde entonces Williams-Brett es su cuidadora a tiempo completo.
Abrumada por todo lo que tiene que hacer —arreglar la casa, hacer reparaciones, poner orden en sus finanzas, cuidar la salud de su madre—, Williams-Brett dijo que había estado luchando contra la vergüenza y el miedo. “Todo el tiempo siento que no estoy haciéndolo tan bien como debería”, expresó.
Al escuchar a otros mayores expresar preocupaciones similares durante las sesiones de Aging Alone Together, Williams-Brett se dio cuenta de que no los juzgaba como se juzgaba a sí misma. “Pensé: todos tenemos problemas con los que lidiar”, dijo. “No hay nada de que avergonzarse”.
Kromrey, que vive solo en Tampa, sabe que tiene suerte de estar sano, ser económicamente estable y estar muy unido a su hija adulta, que será quien tome sus decisiones en temas legales y de salud si él queda incapacitado. Kromrey, que enviudó hace nueve años, también tiene tres hijos: dos en Carolina del Sur y uno en West Palm Beach, Florida.
Mientras participaba en Aging Alone Together, Kromrey se dio cuenta de que siempre había asumido que nunca sufriría una crisis de salud como un ictus o un infarto, una manera de negarse a aceptar la realidad.
Su hija y su esposo planeaban viajar desde Carolina del Norte para reunirse con Kromrey el Día de Acción de Gracias. Durante esa visita, contó Kromrey, le daría las contraseñas de su ordenador y de sus cuentas en Internet, le explicaría su sistema para pagar las facturas y le enseñaría dónde están otros archivos importantes.
“De ese modo, ella podrá hacerse cargo de todo si surge algún imprevisto”, explicó.
Davis es un artista que nunca se casó, no tiene hermanos y vive solo en Manhattan. En una conversación telefónica, dijo que su preocupación más acuciante es “encontrar algo que hacer que merezca la pena” ahora que la artritis le ha dificultado pintar.
En cierto modo, Davis está preparado para el futuro. Tiene una póliza de seguro de cuidados a largo plazo que pagará la ayuda a domicilio y un apartamento de alquiler regulado en un edificio con elevador. Pero reconoce que se ha aislado demasiado a medida que disminuían sus actividades artísticas.
“Hay días en que no hablo con nadie”, reconoció Davis. “Tengo mis amigos, pero ellos tienen sus propias vidas, con sus hijos y nietos. Recurro a Dorot para tener más contacto social. Y Aging Alone Together me ha ayudado a centrarme en el aquí y ahora”.
Para más información sobre Aging Alone Together, se puede enviar un correo electrónico a agingalonetogether@dorotusa.org o visitar el sitio web del programa.
El sitio web Navigating Solo ofrece un centro nacional de recursos y grupos de apoyo para adultos mayores que viven solos.
El Consejo Nacional sobre el Envejecimiento ha elaborado una guía de recursos y apoyo para personas mayores que viven solas.
Los grupos de Facebook para personas que viven solas son: Elder Orphans, NYC Solo Agers y Solo Aging Without Personal Representative. Otra comunidad en línea es Solo Ager/Aging Together.
Entre los libros sobre planificación del envejecimiento en solitario están “Essential Retirement Planning for Solo Agers”, “Solo and Smart”, “Who Will Take Care of Me When I’m Old?” y “The Complete Eldercare Planner”.
En YouTube se pueden encontrar varios videos sobre la planificación del envejecimiento en solitario, incluido este útil vídeo de CJE SeniorLife.
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Expanden los recursos para las personas mayores que viven solas